lunes, 26 de marzo de 2007

WELCOME TO PALESTINE, by Caroline Glick

Bueno, a ver si esta vez sale bien...

Aquí os dejo el artículo, de nuevo, de nuestra querida Caroline (es que por aquí ya empieza a ser famosa y casi cercana). Se trata de una periodista, un tanto atrofiada diría yo, que ha escrito esta maravilla de artículo sobre Palestina. La muchachilla parece ser que no se ha pegado ninguna vueltecilla por estas tierras, a pesar de que vive en Israel, pero eso sí, maneja unos datos que ya los querría cualquiera.

Para vuestra información, esta periodista trabaja para el Jerusalem Post (que sería la versión ABC en nuestra España); pero vamos, esta chiquilla tiene una cobertura internacional, y no me extraña, con su sabiduría, objetividad y desparpajo se llega muy lejos....


En fin, os lo paso en español y en inglés, que no tiene desperdicio.

Y ya, a leerlo.

ORIENTE MEDIO

Bienvenidos a Palestina
Por Caroline B. Glick


Pocas cosas reciben más apoyo en la arena diplomática que la noción de que es fundamental establecer un Estado palestino. Los líderes mundiales están tan ocupados hablando de lo esencial que es erigir un Estado palestino que, al parecer, no se han dado cuenta de que ya hay un Estado palestino

Dicho Estado fue oficialmente fundado en el verano de 2005, cuando Israel sacó de la franja de Gaza a sus militares y a su población civil y, por lo tanto, estableció el primer Estado palestino completamente independiente de que haya tenido noticia la Historia. Además, Israel ha creado en el norte de Samaria las condiciones para el establecimiento de un Estado similar destruyendo cuatro comunidades israelíes y limitando sus operaciones militares en la zona.

Así pues, repito: los activistas y hombres de Estado que proclaman abiertamente su compromiso con el establecimiento de un Estado palestino soberano pasan por alto el hecho de que Palestina, de hecho, ya existe. Y es una pesadilla.

En el Estado de Palestina, el 88% de la gente se siente insegura; puede que el 12% restante lo conformen los integrantes de la plétora de milicias regulares e irregulares. Y es que, en el Estado de Palestina, la proporción de policias/milicianos/hombres armados es superior a la registrada en cualquier otro país.

En el Estado de Palestina se asesina a los niños de dos años sin que a nadie le importe. A los niños se les despierta en mitad de la noche y se les da muerte delante de sus padres.

En el Estado de Palestina, los fieles que acuden a la mezquita A son tiroteados por terroristas que acuden a la mezquita B; y a nadie le importa. No hay organización internacional alguna que publique informes en que se pida el final de las matanzas. La ONU no condena a nadie ni envía misiones de investigación para que los crímenes sean esclarecidos.

En el Estado de Palestina se desnuda a las mujeres y se les obliga a desfilar por las calles con el fin de humillar a sus maridos. Se detiene a las ambulancias que van camino de los hospitales y se tirotea a sangre fría a las personas que trasladan aquéllas. Los terroristas entran en los quirófanos y desconectan a la gente de las máquinas.

En el Estado de Palestina la gente es secuestrada de sus hogares a plena luz del día y delante de las cámaras de televisión. Esto puede pasar porque los propios secuestradores hacen las veces de cámaras. De hecho, con frecuencia son sus jefes los que controlan las cadenas de televisión. Dado que los terroristas controlan las televisiones, a nadie debería sorprender que se dediquen a volar las cadenas de la competencia. Hamás ataca a quienes se anuncian en la radio de Al Fatah, y cierra las emisoras de ésta porque, dice, desde sus micrófonos se incita al crimen. De hecho, incitan al crimen. ¿Qué otra cosa cabría esperar de una emisora comandada por terroristas?

Así pues, en el Estado de Palestina los periodistas –estén o no encuadrados en grupos terroristas– forman parte de ese 88% que tiene miedo. El reportero Alá Masharaui ha declarado al Jerusalem Post: "Nadie sale a la calle, nadie se mueve sin pensárselo dos veces. Las calles de Gaza se han convertido en algo terrible, especialmente de noche. Gaza es una ciudad fantasma".

De acuerdo con Jaled Abú Toameh, del Jerusalem Post, en el Estado de Palestina los cristianos son perseguidos, robados y apaleados, en lo que sólo puede considerarse una campaña orquestada para poner fin a la presencia cristiana en lugares como Belén. "Estoy seguro de que dentro de quince años no quedarán cristianos en Belén. Habrá que tirar de lupa para encontrar alguno aquí", se lamentaba recientemente Samir Qumsiyeh, propietario de la cadena privada de televisión Al Mahd TV (Natividad TV), radicada en Beit Sahur.

Son multitud los ministros del Gobierno israelí y los comentaristas políticos que andan buscando una significación estratégica al conflicto que se vive en el Estado de Palestina. La titular de Exteriores, Tzipi Livni, no para de hablar de reforzar a "los moderados", es decir, al grupo terrorista Fatah, en detrimento de "los extremistas", es decir, del grupo terrorista Hamás.

En su ayuda acude el rais de la Autoridad Palestina y jefe de Al Fatah Mahmud Abbás. Abbás y sus hombres cuentan a los occidentales lo prooccidentales que son... al tiempo que bautizan calles e instalaciones deportivas financiadas por EEUU con nombres de terroristas que matan a soldados norteamericanos en Irak.

El portavoz de Al Fatah en la oficina de Mahmud Abbás ha responsabilizado de la escalada de violencia registrada en Gaza, Judea y Samaria, y que se ha cobrado la vida de 29 personas (dos de ellas niños) en cuatro días*, a Teherán y Damasco. "Irán y Siria están alentando a Hamás para que siga luchando contra Al Fatah", ha afirmado.

De acuerdo con el Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel), Hezbolá (léase Irán) ha tomado el control de las operaciones de Al Fatah en Nablús. Desde la retirada de Israel del norte de Samaria, en agosto de 2005, el Shin Bet viene observando que Nablús, así como Gaza, se ha convertido en un mini-Afganistán.

Así que, a día de hoy, no sólo los terroristas de Hamás operan bajo las directrices iraníes y sirias, también los encuadrados en Al Fatah, lo cual no impide a Israel y a EEUU seguir suministrando armas y dinero a los jefes del terror de Fatah. No quieren ver en lo que es.

Dichas armas no se están empleando para impulsar la moderación: se están empleando, tanto contra los israelíes como contra los palestinos, en la batalla regional que están librando los grupos terroristas para hacerse con el control del dinero, las armas y el poder. Y la seguirán librando porque matar por dinero, armas y poder es lo que hacen los terroristas.

Durante los últimos 13 años, desde que se estableciera la Autoridad Palestina (1994), el contorno y las características del Estado palestino han ido cobrando forma delante de nuestros ojos. Arafat empezó demoliendo la legalidad y desatando una campaña criminal contra los agentes inmobiliarios y los periodistas; la AP va ganando poder cada año que pasa, y la situación no ha hecho otra cosa que empeorar. No obstante, las presiones, por parte de los árabes, los europeos y EEUU, para que Israel ceda más territorio, recorte su autoridad, olvide sus reclamaciones sobre las áreas concedidas a Palestina y financie al grupo terrorista Fatah no han hecho sino cobrar mayor intensidad. Y, con cada año que pasa, la voluntad de resistir la presión por parte de las autoridades israelíes sufre una mayor erosión.

El ministro de Defensa, Amir Peretz, ha llegado a decir que es partidario de negociar con Hamás. Peretz es favorable de extender la prohibición de operaciones militares israelíes sobre Gaza a Judea y Samaria, para así "dotar de poder" a los palestinos. No hace falta decir que tales operaciones están encaminadas a evitar matanzas de civiles israelíes como la perpetrada, recientemente, en Eilat.

Por su parte, Livni se ha convertido en la defensora internacional de Al Fatah. "Con el fin de lograr la paz y el orden necesarios para promover un proceso, debemos mantenernos en la defensa de una solución basada en el establecimiento de dos Estados y estudiar cuáles serían las mejores medidas para ello", declaró en Davos (Suiza), ante una audiencia de partidarios internacionales del proceso de paz.

Por supuesto, ni Livni ni Peretz, que insisten en que la gran prioridad de Israel es el establecimiento de Palestina, están dispuestos a reconocer que Palestina ya existe. Se niegan a reconocer lo que ya sabemos: que Palestina es un Estado terrorista y adicto a la ayuda económica, de la que depende por completo.

Por cierto, desde que Hamás se hiciera con la victoria en las legislativas, la asistencia internacional a los palestinos se ha incrementado sustancialmente. De acuerdo con Ibrahim Gambari, subsecretario de asuntos políticos de la ONU, la ayuda occidental a los palestinos (es decir, sin contar el apoyo árabe e iraní a Hamás y Al Fatah) aumentó un 10% en 2006 (frente a los datos de 2005) y rondó los 1.200 millones de dólares.

Los palestinos, que reciben más ayuda por cápita que ningún otro pueblo, no son pobres porque carezcan de dinero. Son pobres porque prefieren la pobreza, la violencia y la guerra a la paz, la prosperidad y la moderación. El 57% de los palestinos apoya los ataques terroristas contra Israel.

Las multitudes que demandan en todo el mundo el fin de la denominada "ocupación" y el establecimiento de Palestina, así como los políticos que hablan y no paran de "visiones" y "soluciones sobre la base de dos Estados", deberían asumir que, de hecho, Palestina ya existe. Palestina es esto. Pase, si quiere; pero asuma las consecuencias.

CAROLINE B. GLICK, periodista del Jerusalem Post.



* La versión inglesa de este artículo apareció en el Jerusalem Post el 29 de enero.
Welcome to Palestine

By Caroline B. Glick

http://www.JewishWorldReview.com |

In the world of international diplomacy few issues receive more wall-to-wall support than the notion that it is essential to establish a Palestinian state. Leaders worldwide are so busy speaking of how essential it is for a State of Palestine to be founded that none of them seems to have noticed that it already exists.

This state was officially founded in the summer of 2005, when Israel removed its military forces and civilian population from the Gaza Strip and so established the first wholly independent Palestinian state in history. Israel's destruction of four Israeli communities in Northern Samaria and curtailment of its military operations in the area set the conditions for statehood in that area as well.

And so it is that as statesmen and activists worldwide loudly proclaim their commitment to establishing the sovereign State of Palestine, they miss the fact that Palestine exists. And it is a nightmare.

In the State of Palestine 88 percent of the public feels insecure. Perhaps the other 12 percent are members of the multitude of regular and irregular militias. For in the State of Palestine the ratio of police/militiamen/men-under-arms to civilians is higher than in any other country on earth.

In the State of Palestine, two-year-olds are killed and no one cares. Children are woken up in the middle of the night and murdered in front of their parents. Worshipers in mosques are gunned down by terrorists who attend competing mosques. And no one cares. No international human rights groups publish reports calling for an end to the slaughter. No UN body condemns anyone or sends a fact-finding mission to investigate the murders.

In the State of Palestine, women are stripped naked and forced to march in the streets to humiliate their husbands. Ambulances are stopped on the way to hospitals and wounded are shot in cold blood. Terrorists enter operating rooms in hospitals and unplug patients from life-support machines.

In the State of Palestine, people are kidnapped from their homes in broad daylight and in front of the television cameras. This is the case because the kidnappers themselves are cameramen. Indeed, their commanders often run television stations. And because terror commanders run television stations in the State of Palestine, it should not be surprising that they bomb the competition's television stations.

SO IT WAS that last week, terrorists from this group or that group bombed Al Arabiya television station in Gaza. And so it is that Hamas attacks Fatah radio announcers and closes down their radio station claiming that they use their microphones to incite murder. Because indeed, they are inciting murder. What would one expect for terrorists to do when placed in charge of a radio station?

And so it is that in the State of Palestine, journalists — whether members of terror groups or not — are part of the 88 percent of their public who are afraid. Sunday they protested outside the offices of one terror faction or another that controls the Palestinian Authority.

Speaking to The Jerusalem Post, reporter Ala Masharawi explained, "No one goes outside, no one moves without thinking twice. Gaza's streets have become terrible streets, especially at night. Gaza is a ghost town."

As the Post's Khaled Abu Toameh reported last week, in the State of Palestine, Christians are persecuted, robbed and beaten in what can only be viewed as a systematic campaign to end the Christian presence in places like Bethlehem. As Samir Qumsiyeh, owner of the Beit Sahur-based private Al-Mahd (Nativity) TV station lamented, "I believe that 15 years from now there will be no Christians left in Bethlehem. Then you will need a torch to find a Christian here."

MANY GOVERNMENT ministers and commentators seek strategic meaning in the strife in the State of Palestine. Foreign Minister Tzipi Livni, for instance, goes on and on about the need to strengthen the "moderates" — that is, the Fatah terror group — over the "extremists" — that is, the Hamas terror group.

Helping her to propound this nonsense is PA Chairman and Fatah chief Mahmoud Abbas. Abbas and his men tell Westerners how pro-Western they are at the same time as they name streets and schools financed by US aid after Saddam Hussein and build sports facilities on the American taxpayers' tab in memory of terrorists who killed American soldiers in Iraq.

For the umpteenth time, on Sunday Fatah spokesmen in PA Chairman Mahmoud Abbas's office blamed Iran and Syria for the escalating violence in Gaza and Judea and Samaria that has killed 29 people, including two children, in four days. "Iran and Syria are encouraging Hamas to continue fighting against Fatah," they alleged.

Damra and his partner and fellow Fatah terrorist Mahmad Ramaha, who was arrested a month ago, were working under the instruction of Hizbullah — that is, under the direction of Iran. According to the Shin Bet, Hizbullah — that is, Iran — has taken over Fatah operations in Nablus. Since Israel's withdrawal from northern Samaria in August 2005, the Shin Bet has noted that, like Gaza, the Nablus area has become a mini-Afghanistan.

So not only are Hamas terrorists operating under Iranian and Syrian direction today, Fatah terrorists are as well. Yet this doesn't stop the US and Israel from pouring guns and money into the hands of Fatah terror chiefs. They fail to recognize that what you see is what you get.

These guns are not used to encourage moderation. These guns are used against Israelis and Palestinians alike in a turf battle between terror groups over money, guns and power that will never end. And it will never end because fighting and killing for money, guns and power is what terrorists do.

FOR THE past 13 years, since the Palestinian Authority was established in 1994, the contours of the State of Palestine have taken form in front of our eyes. Starting with Yasser Arafat's abrogation of the rule of law and murderous campaign against land dealers and journalists, with each passing year and with each move to further empower the PA, the situation has only grown worse. And yet, international pressure on Israel from Arabs, Europeans and the US to surrender more territory, curtail its authority, abrogate its claims to the areas set for Palestine, and finance the Fatah terror group have only grown in intensity.

And with each passing year, as the reality of Palestine has become clearer, the Israeli leadership's will to resist this pressure is increasingly eroded.

So it is that last week Defense Minister Amir Peretz announced that he supports negotiating with Hamas. Peretz laid out his "vision" for the reinstatement of the so-called peace process with the Palestinians, and stated that, to "empower" the Palestinians, he supports extending the ban on IDF operations from Gaza to Judea and Samaria. It should go without saying that such IDF operations are aimed at preventing massacres of Israeli civilians like the one that happened in Eilat Monday morning.

LIVNI, FOR her part, has become the international champion of Fatah. Gushing to an audience of international peace processors in Davos, Switzerland, last week, Livni said, "In order to achieve peace and in order to promote a process, we must stick to this vision of a two-state solution and examine what the best steps to take are."

Of course, neither Livni nor Peretz, who insist that Israel's most urgent priority is to establish Palestine, is willing to recognize that Palestine exists already. They refuse to acknowledge what we already know: Palestine is a terror state and an economic basket case fully funded by the international community. Indeed, over the past year since Hamas won the Palestinian elections, international assistance to the Palestinians has increased dramatically.

As Ibrahim Gambari, the UN under-secretary-general for political affairs, noted last Thursday, official Western aid to the Palestinians, not including Arab and Iranian support for Hamas and Fatah, increased by 10 percent in 2006 over 2005, and stood at $1.2 billion.

The Palestinians, who receive more aid per capita than any people on earth, are needy not because they lack funds. They are poor because they prefer poverty, violence and war to prosperity, peace and moderation. So it is that 57 percent of Palestinians support terror attacks against Israel.

The multitude of protesters worldwide who demand an end to the so-called "occupation" and the establishment of Palestine should be made aware of the fact that Palestine already exists. The hordes of political leaders mindlessly squawking about "visions" and "two-state solutions" should know: This is Palestine. Enter at your own risk.



1 comentario:

Mines dijo...

Claaaro, cómo van a preferir la estabilidad?? ké locura! es lógico que las madres prefieran que siga la guerra y que maten a sus hijos, con tal de que el gobierno siga recibiendo las ayudas internacionales...
Dios mío, y yo tantos años odiando a Israel, y es que no me daba cuenta de que los palestinos están locos y están intentando invadirles como en El Amanecer de los Muertos!!